El periodista ha mantenido un encuentro con alumnado de Bachillerato del IES San José para presentar ‘El ADN que te parió’, un libro que recoge numerosos casos judiciales en los que las pruebas genéticas han sido determinantes para que se haga justicia, tanto de personas famosas como anónimas.
Continúa Estación de las Letras y lo hace en el IES San José con el periodista y escritor Fermín Cabanillas que ha mantenido un encuentro con el alumnado para presentar su último libro ‘El ADN que te parió’ de Editorial Pábilo. Un libro que recopila casos judiciales de personas que lucharon y luchan en los tribunales por ser reconocidas como descendencia oficial de alguien.
Acompañando a Cabanillas ha estado la periodista Pepa Violeta que ha conducido este encuentro, y la delegada de Juventud e Infancia, Minerva Calderón. Esta última ha dado la bienvenida al escritor y al público joven “este viaje a través de la cultura, las letras y la creación, de nuestra particular Feria del Libro. 12 semanas, 15 paradas y alrededor de medio centenar de firmas, con especial incidencia en la infancia y la juventud, de nuevo con los centros educativos de la localidad como protagonistas”.
A modo de ensayo, aunque también encontramos capítulos novelados, el autor se adentra en el archivo del bufete que más casos de reclamaciones de paternidad ha ganado en España en los últimos 20 años. El bufete de Fernando Osuna en Sevilla que ha gestionado unos 900 casos de paternidad en unos 15 años.
Un encuentro en que los protagonistas han sido los alumnos y alumnas que han entrevistado al autor acerca de su obra y de su profesión periodística. Así, Cabanillas ha referido que desde pequeño quiso ser periodista, “no sabía si de radio, televisión, documentalista… al final descubrí que escribir es fantástico… me gusta escribir más que el chocolate, yo vivo por y para escribir”.
Ha recordado Fermín Cabanillas a un profesor suyo de la EGB, que le dio clases desde los siete a los 13 años. “José Antonio era un tío fantástico, un maestro que establecía diálogos muy positivos con los alumnos y por las tardes, si queríamos, nos daba clases en su casa, llena de libros”. Fue este profesor el que animó a su madre a que le potenciasen las letras.